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jueves, 17 de marzo de 2011

los viajes del viento



El ultimo de nuestros juglares
Los viajes del viento, dirigida por Ciro Guerra, una película que muestra el viaje de Ignacio carrillo, un juglar que ha viajado por años llevando cantos con su acordeón el cual tiene relaciones esotéricas, por varias regiones y pueblos pero decide hacer un último viaje por la costa colombiana para encontrar a su maestro y devolverle el acordeón y nunca más volver a tocar. Ignacio, interpretado por el compositor marciano Martínez, nació el 30 de octubre de 1957 en la junta-guajira hijo de Joaquín Elías Acosta y dolores Martínez, marciano, Nombre impuesto por su padrino. Pertenece al grupo de los compositores impulsados por el “cacique de la junta” Diomedes Díaz y famoso por sus obras: “la juntera”, “todas las tardes”,”venceremos”,”soy amigo”, “por juglar al amor”.
Marciano Martínez, ganador del festival de la leyenda vallenata con la canción que habla del paseo que describe al amor y respeto a los grandes y sublimes valores sociales, llamada “con el alma en la mano” y composiciones que se hicieron famosas por el interprete más grande del vallenato Diomedes Díaz quien grabo la canción “el sentir de mi pueblo” ganadora del festival de san Juan del césar y quien después la incluyo es su trabajo discográfico, reconoce que en ellos esta su verdadera fuente de inspiración. Así mismo como en la película las personas y sus viajes son esta fuente de inspiración para hacer su música; viajando desde Majagual, Sucre, hasta Taroa, más allá del Desierto de la Guajira encontrando en compañía de Fermín un joven que se encuentra en el camino y el que tiene la ilusión de seguir los pasos y ser como él, diversidad en la cultura del Caribe donde viven todo tipo de aventuras y encuentros.
El triunfo de este compositor tiene que ver con la imposición de su constancia y el instinto de superación, con su humildad e inteligencia ha sabido ubicarse en lo más alto del escalafón de los mejores compositores vallenatos. Siendo uno de los mejores, acompañó a Iván Daza quien dijo que marciano era el único juglar de los nuevos que componía, tocaba el acordeón y cantaba, por esto tenía que ser el protagonista y así presento el casting para protagonizar la película de Ciro guerra, su reconocimiento y talento lo llevo a ser el elegido; aunque sin tener experiencia en la actuación, lo cual fue el obstáculo más difícil para la producción del filme. Su silencio y su falta de experiencia frente a las cámaras hicieron que los preparadores de la escuela Fátima Toledo se enfocaran más en su personaje de Ignacio que en el resto de personas escogidas en el reparto.
Su personalidad se refleja en su personaje, la sencillez y la alegría que muestra cuando toca su acordeón y canta sus versos son iguales en el filme como en su vida cotidiana. Aunque esta forma de ser del protagonista puede ser vista en la película como aburrida o que no le da ritmo a las escenas, analizando las situaciones esta tranquilidad es la que hace ver la película más real como desde el principio se quiso mostrar, y que el principal elemento que es la música sea visto y escuchado como en la costa colombiana la sienten y la describen. Pero no siempre fue sumiso en la película, como lo dice en la entrevista realizada por Ernesto macausen para el programa a las 11 en el canal telecaribe; muchas veces tuvo diferencias con Juan Pablo Félix el preparador de actores, aunque eran muy buenos amigos marciano tenía su propio punto de vista frente a las formas de hablar y tocar del vallenato, como él decía “yo entiendo que es director pero a veces uno tiene más conocimiento que ellos sobre la música vallenata, porque yo nací y estoy cantando desde la edad de 4 años”.
Tanto Ignacio como Marciano tiene una característica en común, la soledad que los acompaña en todos los viajes de sus vidas, aunque en la película intenta acompañarla dejando que Fermín lo siga en todo su viaje para no tener que volverla a vivir, y evitar que él cómo su alumno siga su mismo camino y al contrario encuentre su propio destino.
Este juglar uno de los mejores de nuestros tiempos nos trae una experiencia de vida de la que podemos tomar como ejemplo, su persistencia hacia su gran sueño de niño de tener alguna participación en una novela sobre el vallenato, pudo haber sido realidad cuando alguna vez envió la propuesta verbal de componer las canciones para la producción sobre la vida de Diomedes, pero que este cantante nunca quiso hacer. El tiene la plena satisfacción de por lo menos haber sido parte de una producción de un gran director que quiso mostrar la verdadera cultura vallenata en el Caribe colombiano.